miércoles, 16 de septiembre de 2009

Texto traducido de la lápida de un tal Abú Abd Aláh


Cultura-Granada
Texto traducido de la lápida de un tal Abú Abd Aláh
15.09.09 -
J. L. TAPIA
GRANADA

Lienzo de Gómez Moreno de la retirada de Boabdil. / IDEAL
«En el nombre de Alá piadoso y clemente. Bendiga Alá a nuestro señor Muhammad y a su familia. Este es el sepulcro de un rey que murió en el destierro. En Tlemecén, como proscrito, entregado al ocio entre mujeres, el cual combatió por la religión, aunque la guerra santa le negara las facilidades del triunfo. Hirióle el destino implacable de sus decretos, pero Alá le dio la resignación en la medida proporcionada a la desgracia que le deparó. ¡Derrame Alá para siempre sobre esta sepultura el rocío de su cielo.
Esta tumba es la del rey justo, magnánimo, generoso, del defensor de la religión del cumplidor, del emir de los muslimes, del vicario del Señor de los mundos, nuestro señor Abu-Abd-Al-Lah, el victorioso, con el auxilio de Alá, hijo de muestro Señor el emir de los muslimes.
El santo Abu-L-Hassan, hijo del emir de los muslimes Abu-L-Hachich, hijo del emir de los muslimes, hijo del emir de los muslimes, Abu-Abd-Al-Lah, hijo del emir de los muslimesAbd-Al-Uadid Ben Nasr, Al-Ansari, Al-Jazrachi, As-Saadi, Al-Andalusí. ¡Santifique Alá su túmulo y le señale un lugar elevado en el paraíso!.
Combatió en su país de Al-Andalus por el triunfo de la fe, no inspirándose sino en su celo por la gloria divina y prodigando su vida a cada instante sobre el campo de batalla, en las terribles lides en que numerosos ejércitos de los adoradores de la cruz caían sobre un puñado de caballeros muslimes...
Llegó a la ciudad de Tlemecén, donde halló siempre buena acogida y compasión hacia sus desgracias. Entonces se verificó lo que había prometido Aquel cuyos decretos son irrevocables... Y del cual todos los mortales sufre la ley según lo que Él ha dicho: «Todo alma gustará de la muerte». Sorprendiola, por cierto, la suya, en tierra extraña, lejos de su patria, de la tierra de sus abuelos, los grandes reyes de la estirpe Ansar, los sostenes de la religión del Elegido, del Predilecto. . Alá le ha elevado a las regiones de felicidad.
Y le ha devuelto con su gracia -al morir- entre las dos oraciones de la tarde, el miércoles de la Luna Nueva de Cavan del año 899». (Mayo de 1494, a la edad de cuarenta años).

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